lunes, 18 de noviembre de 2013

¡Digamos no a la especulación!



El día viernes el Presidente Nicolás Maduro, en cadena nacional anunció la ocupación de la cadena de electrodomésticos Daka, ya que se habían detectado aumentos injustificados de precios, lo que desencadenó un operativo de inspecciones en tiendas del mismo tipo y más adelante algunos saqueos. Los periódicos del mundo comenzaron a hacerse eco de la situación.
 
La mayoría del pueblo consciente y responsablemente se desplazó hasta estas tiendas a hacer cola para adquirir, comprar y pagar, los bienes a precios justos. Muy puntuales fueron los casos de saqueo y desorden que se presentaron en el país; sin embargo la prensa internacional hizo analogías y comparó  lo sucedido en Venezuela con lo que ocurrió en Zimbabue en el año 2007, cuando el presidente Robert Mugabe intentó bajar la inflación por decreto.
 
Los gremios empresariales de Venezuela rechazaron la forma elegida por el gobierno para contener el alza de precios, y llamaron a respetar la “propiedad privada”, advirtiendo que los precios no se decretan.
 
¿Con qué moral podemos los venezolanos y venezolanas criticar la forma asumida por el gobierno para controlar una inflación desatada, si la principal referencia de nuestra sociedad para determinar el precio del dólar la establecen páginas web, como lo es  la del estafador de Lechuga Verde, que debería estar preso por tantas personas que ha robado?
 
Un gobierno que gobierne tiene que poner freno a una situación que se le ha escapado de las manos. Desde que asumió el poder el presidente Nicolás Maduro hemos visto como la referencia de los precios la determina un dólar “ficticio”.
 
Venezolanos y venezolanas, tenemos un dólar oficial y un dólar que es ofertado por el SICAD, sabemos que entre esas bandas esta el dólar real y sobre esa base el gobierno debe trabajar rápida y oportunamente para establecer unas bandas. No caigamos en la trampa del dólar negro y sigamos pagando sobreprecios. Aplaudamos las medidas tomadas por el gobierno que finalmente paso de la inacción a la acción.
 
Seamos críticos y comprendamos que hay empresarios que juegan a la desestabilización y quieren pescar en rio revuelto, abusando del pueblo y fijando precios inauditos. Veamos en esta decisión la capacidad de poner límites que tiene nuestro gobierno. ¡No a la especulación!


 

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