miércoles, 14 de agosto de 2013

Sobre el reciclaje de materias primas su transformación y exportación



Cada vez en el mundo hay más consciencia acerca de la necesidad de recuperar  y reciclar materias primas como una forma de  preservar y cuidar el medio ambiente y proteger la industria nacional.
 
En Venezuela deberíamos tener como “leitmotiv”  la recuperación, elaboración y comercialización de metales ferrosos y no ferrosos para reelaborarlos y transformarlos en productos y subproductos y llevarlos a la fabricación y comercialización de insumos para la industria de la construcción, la fabricación de electrodomésticos, autopartes, etc.
 
Es necesario comprender que en términos de protección del medio ambiente y de nuestros recursos naturales y del desarrollo de la industria nacional, no es lo mismo que en Venezuela se exporte un 1 kg. de bronce, a  que le vendamos a Colombia un juego de grifería de baño; no es lo mismo venderle a Brasil un cuero salado que un par de zapatos o una cartera; no es lo mismo vender un 1 kg.  de cobre que 2 mts. de un conductor eléctrico. Sucede que existen países “del primer mundo” que compran miles de toneladas de cobre e inundan el mercado con cables de mala calidad y bajo precio, compitiendo de manera desleal con países que intentan transformar ese cobre y convertirlo en un producto de exportación.
 
Es necesario prohibir la comercialización y exportación de metales ferrosos (hierro  y no ferrosos (cobre, bronce, aluminio, plomo, etc.) o gravar la exportación de materias primas si queremos convertirnos en un país que realmente proteja su industria nacional.
De lo contrario:
 
1) Continuaremos exportando materias primas para importar productos elaborados y condenando a los productores y comerciantes a las decisiones e imposiciones de otros países que fijan los precios internacionales.
 
2) Seguiremos exportando un producto sin valor agregado en lugar de exportar productos elaborados que sean “made in Venezuela”.
 
3) No quedará materia prima producto del reciclamiento de metales no ferrosos para nuestra industria.
 
4) Cerrarán las fábricas que han venido haciendo importantes esfuerzos para adaptarse a normas de cuidado ambiental y superación tecnológica.
 
5) Se frustrarán nuestros intentos de despegue productivo, de reactivación de la industria, de disminución del desempleo, de mejora de las condiciones de competitividad, de la exportación de valor agregado; en fin, todo lo que contribuye al bienestar de una sociedad.

 

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