Venezuela se ha
distinguido de los demás países latinoamericanos, en como ha manejado su
política exterior. Las acciones de Chávez fueron consistentes con su objetivo, la creación de polos de poder alternativos
que reduzcan la hegemonía mundial de Estados Unidos para contribuir a la
promoción de un mundo multipolar. Desde esta Venezuela nueva, revolucionaria y
bolivariana, Chávez se atrevió a calificar al gobierno norteamericano de
“genocida” en diversas ocasiones y específicamente en el año 2006, en las Naciones
Unidas, se atrevió a referirse al presidente George Bush como “el diablo”.
Siempre hemos sido coherentes y nuestra política exterior ha apuntado a la
autonomía con respecto a Estados Unidos. Nuestro sello distintivo es lo
sistemático de nuestra confrontación, siempre guiada por el objetivo de crear alianzas
entre los adversarios de la potencia hegemónica, sin hipocresías, con
frontalidad.
Chávez fue el
primer mandatario occidental en visitar Iraq, bajo el mandato de Sadam Hussein,
tras la imposición del bloqueo resultante de la Guerra del Golfo. Más
recientemente, su relación con el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, fue
motivo de preocupación en Washington.
En febrero del 2006,
Venezuela, Siria y Cuba fueron los únicos países de los 35 miembros del Consejo
del Organismo Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas en votar
en contra de someter al Consejo de Seguridad el programa nuclear iraní. Frente
a la política tradicional de abstención, Venezuela apoyó a China, Afganistán,
Iraq e Irán en la 56 Reunión de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas. En América Latina, se destaca el estrechamiento de relaciones que se han
dado con el gobierno de Cuba a partir de 2001. Venezuela se ha convertido en el principal socio comercial y principal
defensor de Cuba en los foros multilaterales.
Nuestra estrategia
sin lugar a dudas contribuye a la creación de un mundo multipolar, y hemos aprovechado
para ello, el contexto actual definido por la consolidación de la Unión Europea
y el crecimiento económico de India y China.
Ahora, con la II Cumbre
de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) que se está desarrollando en
estos momentos en Cuba, Venezuela continua profundizando el legado de nuestro Comandante,
para constituir definitivamente la integración frente a la crisis económica,
social y política que vive actualmente el mundo.
No bajemos el
volumen en nuestro discurso. Apostemos por afianzar el ideal de Latinoamérica
unida pero diversa, continuemos respaldando a Cuba y reiteremos con Maduro
nuestro rechazo hemisférico a la política norteamericana.
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