Como sabemos el
reciclaje tiene que ver con el aprovechamiento de un material de segunda mano o
residual que queda de la producción o del uso diario y que es posible
reutilizar. En comparación con la utilización de materias primas, los
recursos de reciclaje se caracterizan por el ahorro de energía y porque
producen un menor grado de contaminación, por lo que todos los países deberían
iniciarse en la práctica del reciclaje industrial.
En el caso
de China, la recolección de materiales de segunda mano y residuales ocupa
un puesto cada vez más importante en su industria. En la producción de
papel por ejemplo, más de 50 por ciento del material proviene de papel usado; y
en la industria metalúrgica de metal no ferroso, el bronce, el aluminio, el plomo
y el zinc usados ocupan más del 20 por ciento.
Antes de 2001
había entre 5.000 a 6.000 empresas dedicadas al reciclaje en ese país. Pero
para el año 2002, el gobierno ofreció una serie de incentivos a esta industria,
entre ellos una política preferencial del impuesto, y esto dio pie al
surgimiento de cerca de diez mil empresas de reciclaje. Se estima que ahora
existen entre 60.000 a 70.000 empresas de este tipo, en las que trabajan más de
diez millones de personas.
En Qingyuan
existe una base de procesos que pasará a ser la mayor fábrica en el mundo
dedicada al desmontaje de desechos, con una capacidad de 3 millones de
toneladas para el tratamiento de desechos de electrodomésticos, maquinarias,
alambre, metales y plásticos. Su valor de producción anual llegará cerca de
50.000 millones de yuanes. La gestión de esta empresa estará regulada en
un parque industrial; en el que se acometerá el desarrollo de tecnología
y la capacitación de los trabajadores, se construirá una plataforma tecnológica
para el manejo de la información, comercialización, mano de obra, servicio
logístico, administración, tecnología y capital. Esta experiencia en China, ha
sentado un precedente en la administración de la industria de reciclaje en el
mundo.
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